Un árbol para los que se amaban en secreto

Cuando yo fui un árbol
le tenía miedo al leñador
y a su silencio
y de puro jactancioso permitía
que en mí se fomentara el amor
de los búhos
en las sombras.

A veces escuchaba llorar a las camelias
y era su lloro trasnochado
como el reclamo invicto de Dios
sobre el estío.

Tenía por eso mi propio duende
para trabajar misterios.
Porque era un árbol brujo. Pero antes que bueno
un árbol para aquellos
que se amaban en secreto
- yo mismo era un secreto –
En mí se perpetuaban las palabras
que los tiernos amantes se decían
y terminaba amando a esos amantes
que se amaban.

Con el tiempo comprendí
que estaba lleno de amor
sin reclamarlo
y quería caminar por las orillas de los ríos
para conversar mis experiencias
con la fauna.

No me gustaba ser un simple espectador:
quería ser también protagonistas
de amores victoriosos.
Y como era un árbol
de vez en cuando me ponía alas
para mirar desde arriba
mis raíces.
De modo que,
qué me van a decir a mí,
de las viejas alturas
las gaviotas.

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Carlos Garrido Chalén

Carlos Garrido Chalén

Datos del autor

Carlos Garrido Chalén (Tumbes, Perú, 1951). Poeta, abogado y periodista. Premio Nacional de Poesía. Presidente de la Unión Hispanoamericana de Escritores, Embajador Universal de la Paz en el Perú del Cìrculo de Embajadores de la Paz de Ginebra, Suiza; Past Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Tumbes. Tiene publicados, entre otros: Itinerario del Amor en Vallejo (ensayo, 1991); y, de poesía, El sol nunca se pone en mis dominios (1993); Confesiones de un árbol (1997); Memorias de un Ángel (2003). Ha obtenido diferentes premios y distinciones nacionales e internacionales y postulado al Premio Cervantes 2008.