Yo estuve en el lagar
navegando en la fuente primigenia
del estanque encantado
y contemplé los picos dorados de las garzas
y la sombra de las uvas
en las viñas.
Estuve también
husmeando en la guarida
de los viejos chacales
el bullicio.
Las palomas blancas
sobre el mármol natural
me amaban sin reparos
y yo recorría con deleite
el fuego de esos páramos
y eran mis copas de plata y de cristal
como una sinfonía inédita
de ausencias.
(Lo que no me gustaba eran los bárbaros
que derramaban el vino en el pavimento).
Pero estuve en el lagar
mirando la luna llenarse de romance.
Y descubrí el vuelo sedicioso
de las gaviotas que regresaban
al fin de la jornada
y me preguntaba quién podía ser yo mismo
si mi conversación no llegaba
a las estrellas.
Y como no obtenía respuesta
me acordaba de dios:
Sálvame, le decía
de las mareas y de las balas asesinas
y perdidas
del aire incompleto de las punas blancas
y del viento agregado de las quebradas
secas.
Y seguía en el lagar repartiendo mis ansias
en la arena
viendo a las aves amarse a su manera
con toda su libertad y su ternura.
Y era el fuego de esos páramos
oportunidad infinita
hacia la vida.
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Carlos Garrido Chalén
Datos del autor
Carlos Garrido Chalén (Tumbes, Perú, 1951). Poeta, abogado y periodista. Premio Nacional de Poesía. Presidente de la Unión Hispanoamericana de Escritores, Embajador Universal de la Paz en el Perú del Cìrculo de Embajadores de la Paz de Ginebra, Suiza; Past Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Tumbes. Tiene publicados, entre otros: Itinerario del Amor en Vallejo (ensayo, 1991); y, de poesía, El sol nunca se pone en mis dominios (1993); Confesiones de un árbol (1997); Memorias de un Ángel (2003). Ha obtenido diferentes premios y distinciones nacionales e internacionales y postulado al Premio Cervantes 2008.
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